VIAJE A LA BARCELONA SECRETA

Rutas culturales por Barcelona

Pasar desapercibido

EL ROMANCE DE ESPAÑA Y BARCELONA


Existe una representación de España en Barcelona, es bien sutil y será por ello que sobrevivió al derrumbe de símbolos de la España unida, grande y libre que tanto ensalzó la Dictadura de Franco y la de Primo de Rivera.

Este símbolo fue colocado aquí durante la dictadura militar de los años 20 del S.XX. Fue entonces cuando Barcelona se preparaba para su Segunda Exposición Universal.

En este caso, España viene representada tal y como aparece en los mapas geográficos, por ese conjunto de arterias, venas y capilares que dibujan el aparato hidrográfico de la Península.

El mapa escultórico no es otro que las tres cuencas hidrográficas: la Cantábrica, la Atlántica y la Mediterránea.

En la cuenca Cantábrica hay todo un grupo de adolescentes que lanzan agua a través de pequeñas tinajas, de estas manan aguas cortas pero rápidas, así como el caudal de los ríos que mueren en el Cantábrico.

Dos ancianos representan la Atlántica, son el Tajo y el Guadalquivir y se encuentran rodeados de una Corte de Jóvenes así como son los afluentes que van a parar a estos dos ríos.

Y la Mediterránea es representada por el Ebro, un hombre joven y atlético rodeado también de adolescentes, como ríos jóvenes mueren en él.

Ante el infatigable ritmo de esta Barcelona. La que no se percata del festín que acontece en el epicentro de la plaza, estas tres esculturas permanecen indiferentes a la velocidad del tráfico que las rodea. Desde el 1928 lo gozan en pleno chapuzón, sin miedo a que se les arrugue la piel. Aquí se quedaron petrificadas, como esperando un eclipse o persiguiendo el enigma que insinuaban los Radio Futura.