Si algo nos dejó Porcioles y su proyecto de “La Gran Barcelona” fue la especulación del suelo y una planificación urbanística nula.
Viajamos al barrio donde este alcalde dejó sus “huevos”. Así fueron llamadas popularmente dos bombonas de gas construidas en el año 1967 para la empresa Catalana de Gas y Electricidad.
Las bombonas fueron edificadas en la urbanización de Vallhonesta Can Papanaps, unas antiguas parcelas que habían pertenecido al antiguo municipio de Sant Joan d’Horta, en el actual distrito de Horta-Guinardó.
Estas parcelas fueron compradas por un centenar de vecinos que, de la noche a la mañana, vieron como sus terrenos pasaban de suelo urbanizable a no urbanizable.
Fue así como se dieron con un canto en los dientes, pero decidieron no renunciar y seguir adelante con sus propiedades.
Los vecinos empezaron a construir sus casas a escondidas y en plena noche, corriendo el riesgo de poder ser descubiertas por cualquier inspección de Urbanismo y, como consecuencia, que pudieran ser demolidas.
También pagaron la llegada de los suministros a las calles y a las casas, y fue de esta forma como los mismos vecinos construyeron su propio barrio.
Este conjunto de casas en la loma del “Turó del Trac” hoy día ya no las coronan aquellas bombonas de gas, fueron derribadas en el año 2002.
Durante años, soportó una imagen distorsionada de suburbio y arrabal. Una reputación en la que discrepamos y, para atestiguarlo, hemos pasado un día de fiesta mayor en el barrio.
Tras un domingo de charanga y paella popular, nos fuimos de aquí con un interrogante abierto: A cuántos barrios en los que domina la vida vecinal, esa que transcurre en las calles y la que permite conocer al vecino, un día a día que desemboca en la organización y la unión entre vecinos, se les habrá atribuido lo suburbial?
Un San Benito para causar la marginación? Entendemos como marginación el acto de apartar del resto. Interesa aislar la fórmula de la convivencia entre vecinos del resto de ciudadanos?
Ostras, que recurdos!! Siempre que ibamos a ver al abuelo en la Taixonera veíamos a lo lejos los dos «huevos», era el comentario que siempre hacía mi padre… Por cierto, la taixonera merece un buen post en este blog!
Muchas gracias Fellini!! Era tu abuelo el gato jefe de la Taixonera? Pues claro que se merece un buen post!! Tomamos nota!